Querido Domingo, para mí siempre serás ese amigo inolvidable, lleno de vida, fuerza y poesía. Las musas que te inspiraban te han llevado con ellas en un arrebato de pasión inaudita. Pero no quiero despedirme porque se que, aunque ya no pertenezcas a este mundo, me seguirás acompañando en el camino.
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